lunes, 17 de febrero de 2014

Polvo en suspensión desde África

Esta mañana fue apreciable la presencia de polvo en suspensión en nuestra provincia por el aspecto blanquecino del cielo y una cierta reducción de la visibilidad. El origen de ese material particulado se encuentra en el Norte de África, concretamente sobre el gran desierto del Sahara, donde una borrasca originada recientemente ha provocado su removilización y el transporte hacia el continente europeo.
Modelo de predicción de espesor óptico de aerosoles. Proyecto MACC. Valores de espesor óptico (AOD) altos, especialmente en el sureste de la Península Ibérica, que indican una importante atenuación de la radiación solar (en este caso, en la longitud de onda de 550 nm) por la presencia de partículas en la columna atmosférica.
Producto RGB "Dust" del Satélite Meteosat de Segunda Generación. EUMETSAT. Realzado en tonos rosáceos se muestra el polvo en suspensión situado sobre el continente africano y el sur de la Península Ibérica.
Algunas nubes altas y pequeños cúmulos comenzaron a cubrir el cielo en la provincia durante el mediodía, con el paulatino ascenso de la depresión ubicada en el Norte de África hacia el Mediterráneo.
Aspecto blanquecino del cielo en Cádiz. Algunos cúmulos hacia el Este y nubes altas (cirros).

Puesta de sol en Cádiz desde el Castillo de Santa Catalina. La presencia de polvo en suspensión influye en la interacción que se produce entre la radiación solar y la atmósfera y se traduce en ocasiones en puestas de sol espectaculares.

Este tipo de situaciones son relativamente habituales, especialmente en primavera y durante el verano. De hecho, existen numerosos artículos, trabajos y proyectos sobre las invasiones de polvo africano y sus consecuencias en el medio ambiente y la salud humana. Os proponemos la lectura de esta publicación que enlazamos a continuación, titulada "Impacto de las Emisiones Desérticas de Polvo Africano sobre la Calidad del Aire en España" y publicada por la Revista de la Sociedad Española de Mineralogía (nº8, año 2008):

lunes, 10 de febrero de 2014

Tras la tempestad, llegó la calma

Tras una jornada agitada por los efectos de la borrasca "Stephanie", los vientos de componente oeste aflojaron y, durante la tarde, las últimas olas de cierta entidad rompieron en las costas gaditanas.
Os mostramos las siguientes fotografías tomadas en Cádiz:











"Stephanie" dejó mucho viento y lluvia en la provincia

El Instituto de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín bautizó con el nombre de "Stephanie" a la borrasca que nos ha afectado desde la tarde de ayer. Un proceso de ciclogénesis explosiva dio lugar a esta depresión, que avanzó por el norte de la Península Ibérica dejando a la comunidad andaluza bajo la influencia de fuertes vientos de componente oeste y de lluvias, más persistentes en las zonas montañosas.

Mapa de análisis en superficie (NOAA). El frente frío asociado a la profunda borrasca cruza la Península en las primeras horas de la noche del 9 de febrero.
Las precipitaciones han sido abundantes en las zonas montañosas de la provincia, especialmente en Grazalema, donde se han acumulado 192 mm, que se suman a los 110,5 mm del 8 de febrero y a los 109,3 mm del día 5 (AEMET). Desde el comienzo del mes, la localidad serrana ha registrado 493,7 mm, por lo que se convierte en el más lluvioso desde 2010, duplicando el valor medio mensual correspondiente a febrero (223,4 mm para el período de referencia 1981-2010).

Grazalema bajo una lluvia continua en la jornada de ayer. Diego Tornay.
Otros valores destacados son los 75 mm caídos en El Bosque (AEMET) o los 50,5 mm de Ubrique.
Como consecuencia de algunos de estos acumulados, los ríos del la zona este de la provincia han experimentado crecidas notables, como mostramos a continuación:

Río Ubrique a su paso por la localidad de la sierra que lleva el mismo nombre. Paqui Viruez.
Los ríos Guadiaro y Hozgarganta aumentaron notablemente su nivel hacia la noche, tras una tarde muy lluviosa. El primero alcanzó 3,6 metros a su paso por San Pablo de Buceite y el segundo, 3,48 metros en Jimena.  Fuente: Red Hidrosur.
En cuanto al viento, cabe destacar la racha registrada en el aeropuerto de Jerez de la Frontera de 109,3 km/h a las 22:00 horas (AEMET), seguida por la de 99,4 km/h medida en la estación del mareógrafo de Algeciras (Puertos del Estado). La componente oeste sopló con intensidad desde primeras horas de la mañana del domingo, arreciando desde las 16:00 horas.
Rachas máximas y acumulados más destacados. Elaboración propia, a partir de datos tomados de diferentes fuentes públicas (AEMET, Agencia Pública de Puertos de Andalucía, Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y Puertos del Estado). Al no estar validados en muchos casos, deben tomarse con cautela.
Tabla con los datos observados el día 9 de febrero. Se marcan en azul los valores pluviométricos más destacados. En naranja, las rachas máximas más intensas. Elaboración propia a partir de las fuentes anteriormente citadas.
En el mar, la boya costera de Cádiz registró una altura significante de oleaje máxima de 5,11 metros (Puertos del Estado). En la carretera, la CA-9104 que une Grazalema con Zahara de la Sierra por el puerto de Las Palomas fue cortada por desprendimientos.

jueves, 6 de febrero de 2014

Los ábregos y Grazalema

Ayer se produjo una clara situación de ábregos, con abundante nubosidad de tipo bajo y lloviznas en buena parte de la provincia (Figura 1). En Grazalema, este episodio supuso un acumulado final superior a 100 mm de lluvia en 24 horas. ¿Pero qué son los ábregos o "llovedores"? Lorenzo García de Pedraza  (1978) los definió como "vientos templados y húmedos del suroeste en ambas Castillas, Extremadura y Andalucía con temporal persistente de lluvia".

Figura 1. Mapa de presión atmosférica en superficie previsto por el modelo HIRLAM (AEMET). La configuración de las isobaras permite deducir la presencia de vientos de cierta intensidad y de dirección suroeste sobre la provincia. 
En este caso, más que de un temporal, debemos hablar de un episodio de muy corta duración. La masa de aire muy húmedo y templado alcanza la provincia, dejando nubes bajas y lloviznas continuas o lluvias débiles en el litoral y la campiña. Al llegar a las primeras elevaciones montañosas se produce un efecto barrera y un "encajonamiento", que suponen una elevación y el consecuente enfriamiento de esa masa de aire. Entonces tiene lugar la condensación del vapor de agua, la formación de abundante nubosidad y la aparición de lluvias más persistentes y copiosas que en otros puntos de la región. 

El ascenso del aire húmedo forzado por la orografía ocurre en el entorno de Grazalema, en las alturas del Parque Natural de los Alcornocales y en las sierras que rodean Algeciras (sierra de Luna, por ejemplo), Tarifa y Los Barrios. Sin embargo, la particular configuración orográfica de la sierra de Grazalema hace que el efecto sea más notable en esa zona que en otras áreas montañosas de la provincia. Las sierras del Pinar y del Endrinal forman un embudo que se estrecha hacia el puerto del Boyar, por lo que el flujo húmedo entrante desde el oeste experimenta un ascenso y convergencia de manera simultanea hasta que alcanza el pueblo de Grazalema (Figura 2). En otros puntos de la comarca solo se produce un ascenso o una canalización (por ejemplo, en la manga de Villaluenga o en la ladera de barlovento sobre la que se ubica Benaocaz) y el forzamiento orográfico no es tan efectivo.

Figura 2. Captura del Mapa Topográfico Nacional (1:50000) del Instituto Geográfico Nacional a través del visor IBERPIX. El valle del Boyar se abre hacia el OSO y queda encajonado entre las sierras del Pinar y del Endrinal.
Podemos ilustrar esta situación con un mapa de precipitaciones acumuladas en las últimas 24 horas, elaborado a partir de datos actualizados por diferentes organismos públicos:

Los mayores acumulados se registraron en la estación automática de AEMET en Grazalema (109,3 mm), en diferentes puntos de la Sierra de Ubrique y en las elevaciones del Parque Natural de los Alcornocales.
García de Pedraza, L. 1978. Algo sobre nuestros vientos. Boletín de la Asociación Meteorológica Española, pp. 3-14, segundo semestre.